Pensamientos post-resaca

Este fin de semana he revolucionado Soria. Los que dicen que la homosexualidad es algo ya aceptado es que no conocen la realidad de este país. Me imagino que si paseas de la mano de tu pareja en Barcelona o Madrid no pasará nada, todo el mundo lo verá normal. Pero sólo hace falta darse un paseo por la España "más rural" y no lo tiene que ser tanto, para darse cuenta de que la gente aún se sorprende o alucina al ver a dos hombre, o mujeres agarrados de la mano. No quiero decir ya de si se besan.
Este viernes lo he pasado con mi amorcete en Soria, vino junto con mis amigos a las fiestas. Él y yo ibamos agarrados, de vez en cuando nos besábamos y la gente con cara de asombro nos miraba y luego cuchicheaban. A mi no me gusta llamar la atención, y muchas veces me corto en dar un beso o hacer alguna caricia. Sé que me tendría que dar lo mismo. Si yo soy feliz con mi pareja los demás no me tienen que importar. El problema no está en el que se besa sino en el que mira.
Leí en un periódico que los matrimonios entre homoxuales estaban calificados por la Iglesia de "virus" y "falsa moneda". No puedo evitar sentirme agredido, o incluso ofendido ante semejantes declaraciones. Yo no hago mal a nadie, tan sólo intento buscar una felicidad, a través del amor. Eso que la Iglesia promulga. Amarás al prójimo como a ti mismo. Yo me quiero y quiero a la gente. No me importa el sexo de la persona, solo la persona en si misma. No pueden obligarme a amar a quien no quiero.