Uff.. cuanto tiempo

Y las vacaciones, o puente ya pasaron. Nada muy interesante me ha pasado en estos días. La verdad es que han sido más bien aburridos. Tenía que haber hecho millones de cosas pero al final siempre acabo igual, haciendo el vago. Este fin de semana me espera una buena.
Todo comenzó más o menos con buen pie, cambio de muela, cambio de pelo y es que a mi los cambios me encantan. Odio estar siempre con la misma rutina, siempre que he ido a la peluquería he salido feliz de la vida, además mi peluquera es de lo mejor y me deja super moderno. Cuando tengas un problema ve directo a la peluquería que te cambiará la manera de ver las cosas. Además ahora me he dejado perilla.
El sábado hubo reencuentro con todos los amigos que hacía dos meses que no veía. Esto también fue bueno, con nuestras charlas de siempre, recuerdos, lo malo es que me pasé con el pacharán y ya no digamos con la yerbas mágicas. Pues acabé, no quiero ser escatológico, poniendo el servicio de un bar... digamos que lleno de gotelé.
Al día siguiente me encotraba genial, cosa rara después de haberme pasado tanto, y nos fuimos a cenar unas pizzas con unos amigos. Yo como buen conductor responsable, y mal bebedor después de la crisis del día anterior, no toqué ni una gota de semejante manjar aunque alucinogena bebida espirituosa, los demás se pusieron finos.
El lunes me convencieron para ir a Madrid, la verdad no me apetecía mucho y hasta el último minuto no decidí irme. Tenía que conducir 50km hasta Valladolid para coger un tren que tarda 2 horas y media y encima sin derecho a asiento... lo peor. Nada más llegar a la capi nos fuimos a poner como cerdos al McDonald's, odio comer en este tipo de sitios, y no por que la comida no este buena, si no porque hubiera preferido comerme un típico bocadillo de calamares. La noche la pasamos por Chueca, no había mucha gente o al menos me dio la impresión a mí. Y mis amigos, no sabían ni donde ir... total que fue todo un poco aburrido, eso sí, yo ni veía porque mi mala constitución física me hizo emborracharme hasta tal extremo que me acuerdo de poco. La vuelta fue horrible, otras 2 horas y media, y otros 50 km sin haber dormido.
Zäpp te voy a matar por no haberme podido mostrar los encantos que se ocultan por la capital de nuestro querido estado, país o como quieran llamarlo.
Los dos días siguientes estuve enclaustrado intentando pasar la borrachera y el cansancio de la aventura madrileña, para luego coger un autobús que tardo 45 min más de lo debido en llegar a Soria.

Siento haber tardado tanto en escribir, pero no encontraba un momento para escribir. Ya relataré las instrucciones para hacer que una tarde de estudios se convierta en una noche loca, y quien dice loca dice loquissima, con velas, Bob Marley, pareos, boas de pluma y las Scissor Sister.